Una fragancia compleja como la mujer que la lleva. Inspirada en el retrato de Adele Bloch-Bauer, protectora de artistas e intelectuales y la única mujer pintada por Klimt dos veces, la mujer de oro está llena de esta brillante complejidad, desprendiendo glamour e intriga. Las notas transforman la delicadeza de la hoja de oro en fragancia y juegan entre la luz y la sombra. Calice Becker se inspiró en el fascinante juego de contrastes y la profunda complejidad de la pintura, que describe como "brillante y facetada, rica y voluptuosa".