En los años 50, la familia Guerlain decidió crear un perfume basado en las sorprendentes raíces del vetiver. Tras varios experimentos, el perfumista Guerlain logró una delicada fragancia que evoca el aliento de la tierra en la luz pálida del amanecer. Esta evocación de la primera mañana en el universo se enriquece con un acorde amaderado y la refinada elegancia de especias y tabaco que revelan una fragancia única y sofisticada. Cítricos silvestres. Sobrio, elegante. | La fragancia se abre con la frescura espontánea y picante de frutas cítricas como naranja, bergamota y limón. En su corazón, especias como nuez moscada y pimienta intensifican el aroma, antes de dar paso al vetiver, tabaco y haba tonka. Un acorde amaderado fresco para una fragancia realmente elegante |